Día de nieve
Una de las recomendaciones de mi sicólogo en nuestra última sesión, y en parte creo que alguna relación tienen los deberes que me encargó esta semana, es que debería encontrar todos los días un ratito de tiempo para mí. O sea, para dedicarme a lo que más me apetezca.
Y en relación a ello, pero que ya había decidido anteriormente, es salir más a menudo los fines de semana. Me refiero a salir de la ciudad, de excursión, de viaje, a hacer alguna actividad, de montaña… Ahora que llegará el buen tiempo (crucemos los dedos) creo que será más fácil de cumplir.
Este fin de semana ya estaba organizado de antemano, Mario quería ir a la nieve (todos los años le gusta ir un día, de momento no le llama esquiar, pero como a todos los niños, le encanta la nieve).
Y aunque el día podía haber salido mejor, me refiero a la experiencia, no al clima, ya que falló la participación por parte de una amiga bloguera, el día estuvo fenomenal.
Nieve abundante, maravilloso día de sol, temperatura muy buena, gran comilona, y diversión. No se puede pedir más. Bueno sí, lo de la compañía, pero otra vez será.
Como le prometí a Txispas, la bloguera que faltó a la cita, justificadamente, todo hay que decirlo, me dí dos revolcones en la nieve a su salud, y poco más y me va la vida en ello. La mía y la de Mario. Todo debido a la falta de infraestructura y medios necesarios para deslizarse por una ladera de nieve dura. Utilizamos lo que teníamos más a mano, un suelo de tienda de campaña, de esos de rafia,que siempre tengo en el coche, y que se utilizan para dar sombra o cubrir los coches, comer sobre la hierba o la arena, etc. En la primera ocasión, yo delante, Mario detrás, por aquello de si se asustaba con la velocidad. El descenso finalizó en caída hacia atrás sobre el cuerpo de mi hijo. Gran susto por su parte.
Tras devolverle la confianza en su padre, unos diez minutos me costó, nuevo intentó. Desde más arriba, mayor velocidad. Esta vez con él delante.
Resultado, final del descenso sobre mi hijo y unos tres metros arrastrando la frente sobre la fría y dura nieve (ver foto) y el resto del cuerpo sobre el suyo. Todo por intentar protegerle.
Nueva llorera y pérdida de confianza. Abandono del padre en la actividad para que la criatura pudiera divertirse. Sólo volvería a deslizarse si yo no lo hacía con él. Como ya había cumplido mi promesa con Txispas, no había problema
Recuperación de la confianza y final feliz.
Nos fuimos a comer a Villamanín, donde siempre. Genial, como siempre.
En Villamanín pasaba yo mis primeros veranos de la infancia. Eran años muy distintos a ahora. Recuerdo ir hasta Rodiezmo en bicicleta con 5 ó 6 años, solo con mi hermana y mi prima. Subir La Picarota, solos también, que es esta montaña que está enfrente de la casa que alquilábamos.
Ahora es impensable que niños de esa edad puedan hacer sin compañía esas actividades. Fuimos unos afortunados.
Después regreso a casa.
El próximo sábado no sé qué haremos. Dependerá del tiempo, de la imaginación, de las propuestas. Pero voy a intentar que todos los sábados se parezcan a éste. Creo que tengo un pequeño aliado que se apuntará a lo que le sugiera.
Yo creo que ha sido un día perfecto.
No sé si habrás puesto el listón muy alto para la próxima, je je.
Cómo he disfrutado leyendo la crónica, muy bueno el día, muy buena la forma de contarlo y gracias por hacernos partícipes.
Barrenado, me alegro de volver a verte por aquí y de que te haya gustado la crónica.
Intentaremos repetir todos los fines de semana.
Un saludo.
¿Ya has arreglado tus problemas amorosos?.
menuda aventura… suena divertido, me parece una idea estupenda, y se nota que estás disfrutando, genial!
Me ha encantado la entrada, Quierodormir. Me alegra mucho que lo hayas pasado tan bien. Y las fotos son muy bonitas, qué envidia… ¿Qué tal tu lesión frontal? Jejeje.
¡¡¡GRACIAS GRACIAS GRACIAS!!!, me alegro de que te dieras un par de revolcones por mí, pero no hacía falta que te lesionaras hombre…
ains, estos hombres, qué bruscos… jajajaja
Me alegro de que lo pasarais genial, no veas lo que me acordé de vosotros, pero no pudo ser…
Igual este sábado vamos a Bilbao, porque un tío de tengo-trabajo-nuevo, está muy malo (ya sabes la puta enfermedad de siempre), y yo no hago más que insistirle para que vaya a verlo, no me gustaría que se dejara cosas en el tintero… ya sabes que estoy muy sensible con ese tema, pero ya te contaré si al final vamos o no.
Besotes a Mario y a tu señora esposa, que no sé que me dá que se lo pasó pipa viendo como vosotros dos aterrizabais en la nieve, lo que se tuvo que reir… ains queenvidiaoye.
tienes una cosita en mi blog, jeje
Hace siglos que no veo la nieve, creo que la última vez fue desde el autobús y no tuve oportunidad de tocarla.
Ha tenido que ser un fin de semana genial, a ver qué se te ocurre para el siguiente.
Ciertamente fue un gran día, a pesar de los accidentes. Pero eso es sólo una anécdota nada que no cure el tiempo, ya casi ni se nota.
Capitana, no sé si tienes medios, oportunidad o cercanía, pero te recomiendo un paseo por la naturaleza con nieve alrededor, no sólo que la veas sino que las pises.
Txispas, no todas las esposas se descoj… de sus maridos en estas situaciones. Hay algunas que hasta te echan la bronca por hacer cosas divertidas y te llaman loco, que vas a hacer daño al niño…
Pero sí, se lo pasó bien.
Quierodormir: ok, si yo fuera ella SÍ me hubiera partido de risa, después de asegurarme que el mini-bicho estaba bien, jajajajaja
Yo también me hubiera reído jejeje
Un diez para el sábado entonces, no?
Me alegro mucho!
No
Qué bien! Qué día tan bonito! Me alegro mucho de que hagáis cosas juntos. Ya verás que bien os sienta a los dos 🙂