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Suerte

miércoles,25 noviembre, 2009

Llevo varios días haciendo un trabajo en Ribadesella. Todos esos días comemos en el mismo sitio, una cafetería pequeña que está en la carretera, fuera del pueblo. A veces, al llegar y antes de ponernos al tajo tomamos un café y un pincho de tortilla , que está de muerte. Hoy también lo hicimos.

Mario tenía ajedrez.

Como esos días sale más tarde del colegio que yo de trabajar, siempre voy a buscarlo a la salida, así que llegamos más tarde a casa.

Al llegar a casa tenía un mensaje en el contestador de casa.

Repaso mi bolsillo y efectivamente:

He perdido la cartera.

Nunca me había sucedido, o al menos, no lo recuerdo. La encontraron en la cafetería donde comimos. Como llevo una tarjeta en ella, me llamaron por teléfono. Yo, ni me había dado cuenta, porque la comida la pagó mi compañera, así que no tuve necesidad de echar mano a la cartera en todo el día. Devuelvo la llamada para agradecerles el aviso y preguntarles a qué hora cierran, para saber si me da tiempo a llegar o no merece la pena darme el viaje.

Cierran a las doce de la noche.

No hay problema, tengo tiempo.

Mañana Mario tiene examen de inglés.

Siempre le ayudo a repasar inglés, es la ventaja que tiene que yo sepa algo de ese idioma y pueda ayudarle. Pero hoy no pudo ser todo el tiempo que me gustaría porque tuve que coger el coche y salir pitando a buscar la cartera.

Mi mujer salió de compras con su madre.

Y para volver a casa tuvo que hacer transbordo entre dos autobuses, lo que hizo que llegara un poco más tarde de lo habitual, por lo que tuve que retrasar mi «viaje» para no dejar al niño solo.

Deduzco que me la han robado.

Si no he sacado la cartera del bolso del pantalón, que para más detalles tiene tapa y corchete, es imposible que me haya caído, así que algún carterista se me acercó sin darme cuenta.

La cartera no tenía dinero.

Pero sí toda mi documentación, tarjetas de débito, crédito, carnet de identidad, de conducir, de sociedades, tarjeta ciudadana, fnac, Decathlon… Mis gastos del mes que me paga la empresa a fin de mes cuando les entrego los recibos, etc, etc.

Por fin llega mi mujer y puedo coger el coche e ir a recuperarla. Hago el viaje a toda máquina.

La encontró la propietaria del bar mientras barría después de las comidas.

Estaba al pie de la mesa donde comimos, o sea que se me cayó del bolso (todavía no sé cómo). La cartera está completa, no le falta nada, ni un carnet, ni un papel.

Todavía queda gente buena.

Después de encontrar mi tarjeta en la cartera, me llamaron varias veces  y al final me dejaron el mensaje en el contestador. Si no lo llegan a hacer, cuando me hubiera dado cuenta de que me faltaba la cartera me habría vuelto loco porque habría sido incapaz de adivinar en dónde podría haberla perdido, ya que no me hizo falta sacarla del bolsillo porque como no llevaba dinero…

Disfruté de un cielo estrellado y una luna creciente hermosa.

En el viaje de vuelta, más tranquilo que el de ida, y después de haber pasado un día de lluvia y viento horrible.

Antes de irme le expliqué la situación a Mario:

-Ahora tengo que hacer un viaje de muchos kilómetros sin carnet de conducir, ni de identidad ni nada. Como me pare la Guardia Civil, me ponen una multa y me quitan un montón de puntos. Y puede que hasta me inmovilicen el coche.

– ¿Qué es eso de que te inmovilizan el vehículo?

-Pues que tengo que dejarlo en el sitio hasta que tenga el carnet.

– Papá, no te preocupes. Si te para la Guardia Civil, yo les llamo y les digo que soy tu abogado defensor.

Tengo un hijo que no me lo merezco.

Si consideramos las circunstancias en azul como de buena suerte y las rojas como de mala suerte, creo que hoy, a pesar de  todo, he tenido un día de buena suerte.

P.D.- Por cierto la Cafetería se llama «Boulevard».

3 comentarios leave one →
  1. jueves,26 noviembre, 2009 01:06

    ¡¡¡Sí te mereces ése hijo y todas las cosas azules que te pasen!!! Desde luego… Apunta ése sitio, ya te invitaré a un pincho de tortilla cuando vaya 🙂

  2. Raquel permalink
    jueves,26 noviembre, 2009 01:41

    Celebro que encontraras tu cartera. Y eso de que tienes un hijo que no te lo mereces… ni de broma lo pienses. Y sí. Parece que queda buena gente en el mundo. También lo celebro.

  3. barrenado permalink
    viernes,27 noviembre, 2009 23:46

    Al final has aprendido que aún queda buena gente, al final del palizón de viaje que te diste, je je je.
    Qué ocurrente Mario.
    Me tomaré un «algo» cuando pase por allí, que sé que hay buena gente.

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