Saltar al contenido

Las enfermeras

jueves,6 agosto, 2009

No me gustan los hospitales. Ni como paciente, ni como visitante.

Pero sí hay algo en ellos, en general, que me gusta: el personal que trabaja en la sanidad. Me refiero básicamente a celadores y enfermeras. Excluyo a los médicos, personal de limpieza, cafetería, etc, más por desconocimiento que por otra cosa.

Sé que hay de todo, pero en las veces que traté con ellos, tanto hace más de 25 años, cuando era un crío y los veía con ojos de niño, como en mis escasas experiencias personales, como en la operación de mi mujer, nunca me encontré en ellos mas que caras sonrientes, palabras de ánimo y gestos de amabilidad.

Sé que están haciendo su trabajo, y quizás esas cosas formen parte de él, pero también sé que todos tenemos nuestros problemas y no siempre este hecho te hace estar con ganas de sonreír y ser amable.

Cuando mi madre murió, y mi padre se despedía de todo el personal de la planta, en la que habían pasado frecuentes y a veces largas temporadas, dándoles las gracias por el trato recibido, ellas les respondían que había sido por mi madre, porque había sido una de las mejores pacientes que habían tenido nunca. A mi me sonó a palabras amables en un momento muy duro. Qué otra cosa te iban a decir.

Pero una de mis características es ser observador en todas las ocasiones y fijarme en las cosas. Prevalece en mí esa característica frente a otras como ser hablador, divertido, gracioso…

Y tanto en las ocasiones en las que me tocó visitar un hospital para hacerme una prueba, de visita, o de acompañante de mi padre o de mi mujer ahora, nunca les he visto nada desagradable en el trato con el paciente.(Otra cosa es con los, a veces, maleducados acompañantes del enfermo).

Es probable que el tratar con gente cuya situación es tener un problema de salud o incluso que puede llegar a afectar a la propia vida les haga minimizar sus propios problemas, no lo sé. O simplemente  cumplen con su trabajo y eso se enseña en la carrera en la asignatura de «Trato con el paciente».

Si es así, tanto como si no lo es, quiero mostrarles aquí mi reconocimiento a la labor que desempeñan día a día.

10 comentarios leave one →
  1. jueves,6 agosto, 2009 15:53

    Mi madre es enfermera, y creo que eso de que hablas es porque para dedicarse a algo así tienen que tener un algo especial que les lleve a darse a los demás.

  2. jueves,6 agosto, 2009 16:00

    Forma parte de mi caracter, agradecer el buen trabajo de los que me rodean. También agradezco el trabajo, simple y llano. Sin embargo, he observado (también lo soy, y mucho, y también prevalece sobre otras características mías… creo) que no siempre es así… Yo creo que en general, se cae en determinados «tics», y llegan a olvidarse de donde están trabajando. Sin embargo, estoy totalmente convencida que, salvo excepciones, cuando te muestras receptivo, educado y no tratas de decirles cómo hacer su trabajo (cosa que sucede, a menudo) cambia la forma de tratarte, si es que, no había sido del todo satisfactoria… Hablo desde mi experiencia personal…

    Un beso.

    • jueves,6 agosto, 2009 16:12

      Que sé que es mucha.
      Yo también hablo de mi experiencia. Por supuesto que no generalizo a todas lo/as profesionales, algunos de Centro de salud son de «echar de comer aparte». También lo digo por experiencia y sin generalizar.
      En todas las profesiones hay gente mejor y peor.

      • jueves,6 agosto, 2009 16:34

        … sé que no te gustan las generalizaciones… A menudo, son injustas, y muchas veces, inevitables para hablar de algo, sin excederse demasiado cuando las circunstancias, como éstas, lo requieren. No he pensado en ningún momento, en centros de salud, pero mi respuesta, básicamente hubiera sido similar… Creo que, en general, (;) ) que casi todos somos susceptibles de cambiar de actitud, incluso cuando ésta, la llevamos impuesta, como la querencia…

        Un beso.

  3. viernes,7 agosto, 2009 01:41

    mmm, ahora encuentro la explicación al por qué me enamoré de tres enfermeras en menos de 48 horas cuando me operé la pierna…jejeje, es verdad que hay gente maravillosa (aunque no me olvido de los doctorcillos con complejo de House, que también los hay, eh)
    Un saludo y espero que todo vaya bien.

  4. domingo,9 agosto, 2009 01:17

    Saber poner una cara amable en un momento duro es un don.
    Mi mujer lo tiene, asi que sé a lo que te refieres. Quizás sea empatía, amabilidad, educación.
    Yo creo que es un don
    Un abrazo

  5. lunes,10 agosto, 2009 16:46

    Yandros me ha remitido hasta tu post ¡es un encanto! Cuando sucedió lo del Gregorio Marañón me salió mi vena reivindicativa (yo también soy enfermera) con mi creencia de que poca gente valora nuestro trabajo, pero leer palabras como estas me devuelven el ánimo y me hace sentir que sí vale la pena lo que hago y que a veces las palabras más estúpidas sirven para algo y por supuesto las sonrisas (pocas personas pueden luchar contra ellas sin dejarse seducir).
    Gracias Quierodormir!!

Replica a alegría Cancelar la respuesta